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"Mi Alma Al Diablo" de Emma

"Mi Alma Al Diablo"
Emma


En nuestro país las cosas no andan del todo bien así que pueden imaginar las condiciones en las que yo me encuentro hoy, con una inflación galopante, los acreedores, cobrándome todo los días, debo cualquier cantidad de dinero a las tarjetas de crédito, cinco letras del apartamento, casi me quitan el auto, y no hay un lugar donde no haya ido para buscar empleo y siempre la misma respuesta no hay oportunidad. Es por esos que se me ocurrió la idea de realizar un pacto con el diablo, yo había escuchado siempre de personas que realizaban dicho pacto a cambio de la venta de su alma, pensé “coño si el diablo se apodera de mi alma después que muera quien lo sabrá, además, ya estoy muerto no creo que sienta algo. En mi pueblo por la carretera mal llamada vieja, hay cuentos de que existe una cueva que la llaman la cueva del diablo, hay un sin fin de historias de que en esta cueva sale el demonio, y que muchas personas realizaban pacto con ese ser en esa cueva. Pues en las condiciones que yo me encontraba tenia que buscar una solución y si esa era la más viable y certera pues aria el intento. Tomé mi auto a las 11:15Pm y enfilé rumbo a la carretera vieja, rodé aproximadamente uno 75 kilómetros hasta llegar al sitio del que tanto había escuchado hablar. La verdad, les cuento que ese lugar en verdad metía pánico y hacia muy buena referencia a su nombre, caminé con pasos temblorosos y entre al interior del callejon oscuro, la humedad dentro del mismo era espantoso solo se escuchaba el tik tik tik de las gotas de los tejados al caer, por miedo, mas que por instinto gire mi cabeza hacia el lado izquierdo del callejon y creí ver algo moverse, pero no, solo la imaginación a mi me estaba jugando una, de repente me dieron ganas de salir corriendo desesperadamente y fue cuando hacia el lado derecho vi luz, me quede pegado al suelo vi como se abría un espacio, como si fuera una habitación en ese lado del callejon, me temblaron las manos, los pies y los pelos los tenia mas parado que sentía que me halaban la cabeza, llena de valor di un paso hacia ese sitio dos y tres pasos mas y entre lo que vi jamás se me olvidara por el resto de mi vida. Al principio eran simples burros o asnos comiendo monte amarrados con una cuerda y pude contar cinco asnos y cinco personas que sostenían la cuerda de los cuadrúpedos, yo no entendía el por que y tampoco quería averiguarlo así que di media vuelta y quise salir corriendo y sorpresa me en contre de frente con un individuo que me dijo - No tan rápido, si viniste aquí fue por algo que querías, ¿o no? No podía pronunciar palabra alguna, así que el individuo me miró con ojos penetrantes. Como no podía hablar, él me pregunto. -¿Cuánto quieres por tu alma? No podía creer que esto estaba ocurriendo era el mismísimo diablo que estaba hablando pero no-tenía ni, cachos ni rabo ni era negro como común mente lo describen pero si tenía una voz que sonaba aterradora y cuando hablaba le salían chispa por los labios y yo no podía ni moverme ni pronunciar palabras y creo que estaba hecha pipi y me había cagado por lo menos tres veces. - ¿Qué quieres Riquezas, hombres, poder o matar a alguien? ¿Qué pasa, tienes miedo? Creo que si, ¿acaso pensabas que esto era broma? - Pues quiero tu podrida alma ya, y hoy estarás conmigo en el infierno. Y yo sí tenía miedo, no ¿qué miedo? Tenía pánico, terror; repito que estaba mas que aterrada y pensé en Dios y pensé ¿por qué me metí en esto?. Me puse a hacer una oración mentalmente y el olor a azufre que salió por todos lados me estaba asfixiando. Seguí pidiendo a Dios, una y otra vez y sentí que mis pies se aflojaron y pude moverme, di media vuelta y corrí y llegué nuevamente donde estaban los asnos, que cuando sintieron que me acercaba levantaron las cabezas y fue cuando pude ver la verdad. El primero tenía la cara del dueño de la empresa donde yo había trabajado. Señor que se había muerto de forma trágica hace un año y se miraba que sufría, el segundo, era el dueño de la farmacia más popular de la zona, que también había fallecido ahogado comiendo pan, y los otros tres no tuve tiempo de ver quiénes eran, ya que la carrera hasta el auto fue tan rápida que no me di cuenta cuando me monté, y conduje mi auto hacia mi casa, así que no reniego más de mi vida y los acreedores que se vayan al diablo. Maldición. Sabes lo que me quedó claro? es que Dios nunca nos abandona.

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